viva la anestesia total.

la puta madre que los re mil parió y la concha de sus madres. "con la anestesia que te puse estas para que te atraviesen el hueso y no sentís nada", "esta asustada. no tengas miedo, que esta todo bien, sabemos lo que hacemos", "no te me corras, la cabeza ahí. quieta". se re notaba que él era el odontólogo y yo el pedazo de carne raro que esta re bueno cortar y coser. o sea el tipo clavo un bisturí entre mis dientes y le pegaba con un martillo y pretendía que yo abriera la boca como si la estuviera pasando bomba y que encima no se me moviera la cabeza. o sea... claramente nunca estuviste en este lugar, man. igual si safo del flemón recurrente te lo agradezco, pero tu grado de sadismo es increíble, menos mal lo sublimaste porque sino otra que serie yankee de asesinos. obvio que, para el final, la anestesia se había retirado a su hogar y yo sentía como una aguja me atravesaba la carne y un hilo corría por el agujerito que la aguja había hecho. divino. un ser de luz. una lamparita. nunca pensé que la agresión podía ser tan aceptada y casi bien recibida. me estas clavando y apretando con pinches y pinzas, y yo consciente, es obvio que voy a estar asustada y el cuerpo me va a reaccionar. raro sería que estuviese relajada. en ese caso de una al psiquiátrico. así que ahorraté las palabras de tranquilizamiento y las explicaciones porque no soy un perro, ni soy tonta, ni soy una niña.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja, un divino el dentis!
Lo mas copado de todo es que yo tengo turno este miercoles y esta buenisimo conocer las experiencias de los otros.

Ahora se que al consultorio me tengo que llevar un par de drogas relajantes para hacer mas satisfactorio el momeno. Y si se atreve a meterme algun tipo de instrumento punzante y/o amenazante me pongo a gritar como las azucar moreno: one, two, three, CARAMBA!

m de maldito dentista!