no encuentro donde poner mi horóscopo chino.

el lenguaje como límite, pero las lenguas como conexión. ambigüedad y ambivalencia que no son lo mismo; aprendelo de una vez, marilina. creo que podría escribir sobre mis remeras, pero tal vez otro día mejor. y con sobre me refiero a respecto de, aunque también escriba sobre mis remeras en el sentido de usarlas como soporte de la escritura y por eso están llenas de linitas de biróme que, claro, nunca sé cuándo las hice, pero están. la tecla de la letra C me anda mal, y entonces tengo que reescribir las C mínimo dos veces y me tira para atrás. pero también sé que, aunque de vez en cuando se me hagan los exquisitos, todos terminan entendiendo lo que escribo sin C. pero claro, también resulta que a mí no me gusta como queda todo escrito sin las C y ahí sí me tomo el trabajo de corregir como no me lo tomo con todas las otras cosas que hago que seguro son más importantes. y no sé que tiene que ver todo esto entre sí, aunque sí sé y es que lo escribí yo entre otras cosas, aunque también podría ser que todo es fruto del lenguaje y bla, bla. aunque para ser franca, lo único que estuve haciendo con todo esto es evitar ponerme a leer, reflexionar y escribir sobre estas cosas (lenguaje, símbolo, comunicación, estética, cultura y la mar en coche). reflexioné y escribí, ¿no? pero no leí, y eso es lo más imperativo hoy, pero bueno. ¿es imperativo la palabra? ah, no. es urgente.